Las tarifas para empresas se determinan en función de la mayor demanda de kilovatios (kW) registrada.
Estas tarifas son escalonadas, y a niveles de demanda más elevados corresponden estructuras tarifarias diferentes. Si su demanda máxima supera el umbral de un nivel superior de kW, su cuenta se incluirá en la tarifa correspondiente durante un mínimo de 12 meses, aunque su demanda disminuya posteriormente.
Este enfoque favorece la estabilidad de las tarifas y refleja la infraestructura necesaria para satisfacer su consumo máximo. Una vez transcurrido el periodo de 12 meses, su tarifa podrá ajustarse en función de su nivel de demanda actualizado.