Entrada de blog

Testimonio: Crear un césped autóctono, palada a palada

A Person sitting on a retaining wall, with a green lawn in front of them.

A before and after of a backyard. The before has a lot of dirt and bare spots, the after has a bright green and dense lawn.

A picture of a backyard, with a garden in the foreground and a green lawn in the background.

A woman crouched down and pulling a weed from her green lawn.

Cuando Lisa N. decidió cambiar su césped tradicional por césped autóctono, no partía de cero. Su casa, situada en un barrio antiguo con árboles maduros y carácter consolidado, suponía un reto y una oportunidad.

"No quería seguir regando algo que no prosperaba", explica Lisa. "Me parecía un derroche". Con el objetivo final de tener un paisaje hermoso que requiriera menos riego y menos mantenimiento a largo plazo, decidió inscribirse en el Programa de Césped Nativo para explorar la sustitución de su paisaje de césped por uno hecho de hierba natural.

Lisa se encargó ella misma del proyecto. Excavó el césped viejo con una pala, colocó cartón y desherbó a mano alrededor de los delicados plantones nuevos. "Recuerdo que gateaba con un gran trozo de plástico para distribuir mi peso y no aplastar la hierba. Aquel primer verano fue mucho trabajo, pero seguí adelante".

Al mantener la zona pequeña y manejable, Lisa pudo establecer una próspera mezcla de grama azul y hierba búfalo. "No hace falta ser un experto", dice. "Seguí las indicaciones del curso de Springs Utilities y funcionó. Corté el césped en marzo, utilicé un preemergente y regué lo justo. Ahora es casi autosuficiente".

La transformación no se detuvo en el césped. El jardín de Lisa está ahora lleno de plantas perennes autóctonas, arbustos de bajo riego y comunidades vegetales bien pensadas. "Me encantan las plantas", dice. "La roca es caliente y estéril. Quería algo vivo, algo bonito".

¿Ha merecido la pena? "Absolutamente", dice Lisa sin dudarlo. "Ha cambiado mi forma de ver la naturaleza. Paseo por mi barrio o por el Jardín de los Dioses y me fijo en hierbas y flores silvestres que antes no apreciaba".

Una ventaja añadida: cuando está completamente establecido, un césped de hierba autóctona se puede regar una vez a la semana o menos, en comparación con las tres veces a la semana a mediados de verano de un césped tradicional.

¿Su consejo para los demás?

"Empiece poco a poco. Pasee por su barrio. Visite jardines de demostración. Piense en su jardín como si fuera su casa, cree 'habitaciones' al aire libre con un propósito. Y no tengas miedo de ensuciarte las manos".

La historia de Lisa es la prueba de que la transición a un paisaje autóctono y respetuoso con el agua no sólo es posible, sino profundamente gratificante.

"Es factible", dice. "Sólo tienes que empezar".