Nuestros clientes se decantan cada vez más por los céspedes autóctonos y los jardines de pradera como una opción paisajística más sostenible. Estos paisajes ahorran agua, necesitan menos cuidados, ayudan a los pájaros y a los polinizadores y reflejan el aspecto único de Colorado Springs.
Las hierbas y plantas de pradera autóctonas son perfectas para nuestro clima semiárido en el límite de las Grandes Llanuras. Las profundas raíces de las gramíneas buffalo y blue grama (de 5 a 10 veces más profundas que las del pasto azul de Kentucky) las hacen mucho más resistentes a la sequía y al calor que los céspedes tradicionales. Estos céspedes prosperan con uno o menos riegos a la semana y pueden sobrevivir con las precipitaciones naturales, lo que ayuda a conservar el agua sin sacrificar la belleza del jardín.
A diferencia de los céspedes convencionales, que sufren el calor y la sequía, los paisajes autóctonos prosperan en el clima de Colorado. Requieren menos fertilizantes y pesticidas, lo que reduce la escorrentía de productos químicos. Además, ofrecen una siega menos frecuente y pueden proporcionar un "mantillo vivo", reduciendo el uso de rocas y telas de jardinería.
Los jardines de pradera crean un espacio seguro para la fauna. Las aves utilizan las hierbas autóctonas como alimento y refugio, mientras que las abejas y las mariposas prosperan entre los numerosos tipos de plantas. Estos jardines devuelven la naturaleza a las ciudades y los barrios, ayudando a que vivan más animales y añadiendo belleza a lo largo de las estaciones.
Además de estos beneficios, el uso de plantas autóctonas ayuda a Colorado Springs a sentirse más conectado con su entorno natural. Eligiendo plantas propias de la zona, podemos diseñar paisajes que muestren su carácter único.
